Alea iacta est

Alea iacta est

martes, 9 de julio de 2013

Te quiero.

Te quiero como sólo sé hacerlo yo. No importa lo mucho que te hayan llegado a querer: no es igual. Los quereres son únicos, y el mío para con tu persona no será menos.
Te quiero poco. Pero lo suficiente para entregarte cosas que no aún no he entregado a nadie. Te quiero mucho. Pero no lo suficiente para pasar toda una vida contigo. 
No es un querer tan bonito como el de Jack y Rose (Titanic) pero sí tan profundo como el óceano. Quizá no es un querer decente o respetuoso, más bien es un querer sucio, descarado y absurdo. Pero también verdadero. Honesto.
Creéme cuando digo que te quiero con locura. No sé en que lugar estarían mis sentimientos por ti en la Escala del Amor, pero sí que me llenas como nadie. Me llenas con simples palabras. Con tus ojos. Con tu presencia. Y cuando te vas me dejas fría. Con vacío. Sin nada.

Empiezo a pensar que te necesito. 

lunes, 8 de julio de 2013

Amar 'incorrespondidamente'

¿Estás roto? Oh, yo también. ¿Casualidad? No lo creo. Quizá se deba a que ambos caímos en eso llamado amor. No, no estamos enamorados. Enamorarse. Qué verbo más feo y falso. No nos enamoramos, sólo deseamos o queremos -e incluso a veces amamos-, pero nunca nos enamoramos. Éso sólo pasa en Disney.
Bien, pues yo suelo decir que el amor es bonito. Da igual que no seas correspondido, tú amas. Y éso ya debería hacerte feliz. Mira el lado positivo: no tendréis que discutir quien ama más de los dos porque ya sabéis la respuesta: .
Amar 'incorrespondidamente' no es más que la búsqueda de momentos con ese alguien, momentos que sustituyen besos, abrazos y caricias. Y sólo en esa búsqueda aprendemos realmente a valorar lo que otra persona nos puede dar. Ese pequeño roce, esa mirada, ese 'hola' tiene mucho más valor que un 'te amo' entre dos enamorados. A ellos no les cuesta una mierda decirse que se quieren, pero los incorrespondidos sólo podemos aspirar a un límite. Cada incorrespondido tiene sus mínimos y máximos, todo depende de quien seas, de quien sea él y la relación que os una. Es peligroso intentar superar los máximos: esperar que alguien te dé más de lo que te puede dar sólo trae decepciones. Y las decepciones no hacen sino hundirnos más.

Es increíble como se puede construir un gran tesoro formado con recuerdos tan pequeños. Pequeños y especiales.