Alea iacta est

Alea iacta est

lunes, 9 de diciembre de 2013

En la lejanía de la música

A veces,
cuando la locura se apodera de ti,
me quieres.
A veces,
en la distancia de la soledad,
me extrañas.
A veces,
como la luna al cielo,
me deseas.
Pero sólo a veces.

A veces,
cuando la serenidad se apodera de mí,
te quiero.
A veces,
en la lejanía de la música,
te extraño.
A veces,
como el agua al mar,
te deseo.
Y a veces...
también.

***

sábado, 2 de noviembre de 2013

Yo era la chica de la ventana.

Queridísimo _____,

Me asomaba a la ventana sabiendo que tú estarías sentado en el suelo acariciando a Harry. Harry era mi gato pero tú no lo sabías. Ni siquiera sabías que yo vivía allí. Ignorabas mi nombre, desconocías mi existencia. Pero yo existía. Aunque doliese, existía.
'If this love only exists in my dreams don't wake me up'. Esto es lo que escribí en la pared el que día que te vi por primera vez. Simplemente cogí un rotulador negro y la pared blanca dejó de ser tan blanca. Aún recuerdo los gritos de mi madre al verlo pero te aseguro que, después de tantos años, la pared sigue intacta. Igual de intacta que mi corazón cuando dejó de latir.
Querías a Harry. Cada vez que él salía a la calle a recibirte tú sonreías igual que el primer día. Parecías un niño pequeño con un juguete nuevo. Nunca volví a ver a nadie que acariciase un gato como lo hacías tú con Harry. Te daba igual que la lluvia te empapase con tal de pasar unos minutos con él. Y a mí me daba igual lo puta que fuese la vida con tal de poder verte.

Te quise,
La chica de la ventana (1939 - 2009)

jueves, 31 de octubre de 2013

Dos piezas que encajaban a la perfección.

Paseaba por su habitación, con los pies fríos tocando el suelo, temblando. Abrió el armario y cogió una chaqueta para ponérsela por encima del pijama. Se miró al espejo: pelo revuelto, orejeras surcando su rostro, pecas sin sentido y sobretodo, ninguna sonrisa. Suspiró, lo mejor sería que bajase a desayunar.
El café aún estaba caliente y desprendía vapor. Agarró la blanca taza con ambas manos para entrar en calor y contempló el líquido marrón. No tenía un tono definido, simplemente era un marrón compuesto por muchos marrones. Como sus ojos. Sus malditos ojos marrones, capaces de matarla con una sola mirada. Capaces de darle la vida. Estaban tan llenos de enigmas, de preguntas sin respuesta, de heridas no cerradas... Ella podía darle lo que necesitaba. Él podía darle lo que necesitaba. Eran dos piezas que encajaban a la perfección.

Pero que pertenecían a diferentes puzles.
Y eso la mataba por dentro.
 
 
 
 

viernes, 20 de septiembre de 2013

Mírame.

Te echo de menos. Ya lo hacía cuando estabas lejos, pero ahora estás cerca y te echo más de menos que cuando no te tenía a centímetros. Y lo peor de echarte de menos es que no he dejado de quererte, las mariposas aún siguen volando por mi cuerpo, y tú sigues siendo el culpable de éso.

Así que por favor, mírame.

sábado, 7 de septiembre de 2013

More than friends.

No puedo superar esa pérdida. No puedo olvidar porque soy incapaz de dejar de querer. ¿Cómo se puede dejar de querer a quiénes te hicieron tan feliz? Sí, me hicieron daño pero yo se lo hice antes. La diferencia es que yo no necesito perdonarlas —porque ya lo he hecho—, y en cambio ellas no han podido.
Cometí un error, ahora soy consciente de ello, pero no es nada imperdonable. Llamadme estúpida pero cuando realmente amo, no necesito más de un día para perdonar y volver a empezar de nuevo, porque se lo merecen, porque les quiero. ¿Por qué no pueden hacer lo mismo? ¿Por qué cojones se aferran a la idea de que mi intención era dañarles? Joder, que si pudiera hacer que se sintieran como me siento yo durante sólo un segundo... se les pasaría todo. Pero no me creen.

Y yo no puedo olvidar.

martes, 9 de julio de 2013

Te quiero.

Te quiero como sólo sé hacerlo yo. No importa lo mucho que te hayan llegado a querer: no es igual. Los quereres son únicos, y el mío para con tu persona no será menos.
Te quiero poco. Pero lo suficiente para entregarte cosas que no aún no he entregado a nadie. Te quiero mucho. Pero no lo suficiente para pasar toda una vida contigo. 
No es un querer tan bonito como el de Jack y Rose (Titanic) pero sí tan profundo como el óceano. Quizá no es un querer decente o respetuoso, más bien es un querer sucio, descarado y absurdo. Pero también verdadero. Honesto.
Creéme cuando digo que te quiero con locura. No sé en que lugar estarían mis sentimientos por ti en la Escala del Amor, pero sí que me llenas como nadie. Me llenas con simples palabras. Con tus ojos. Con tu presencia. Y cuando te vas me dejas fría. Con vacío. Sin nada.

Empiezo a pensar que te necesito. 

lunes, 8 de julio de 2013

Amar 'incorrespondidamente'

¿Estás roto? Oh, yo también. ¿Casualidad? No lo creo. Quizá se deba a que ambos caímos en eso llamado amor. No, no estamos enamorados. Enamorarse. Qué verbo más feo y falso. No nos enamoramos, sólo deseamos o queremos -e incluso a veces amamos-, pero nunca nos enamoramos. Éso sólo pasa en Disney.
Bien, pues yo suelo decir que el amor es bonito. Da igual que no seas correspondido, tú amas. Y éso ya debería hacerte feliz. Mira el lado positivo: no tendréis que discutir quien ama más de los dos porque ya sabéis la respuesta: .
Amar 'incorrespondidamente' no es más que la búsqueda de momentos con ese alguien, momentos que sustituyen besos, abrazos y caricias. Y sólo en esa búsqueda aprendemos realmente a valorar lo que otra persona nos puede dar. Ese pequeño roce, esa mirada, ese 'hola' tiene mucho más valor que un 'te amo' entre dos enamorados. A ellos no les cuesta una mierda decirse que se quieren, pero los incorrespondidos sólo podemos aspirar a un límite. Cada incorrespondido tiene sus mínimos y máximos, todo depende de quien seas, de quien sea él y la relación que os una. Es peligroso intentar superar los máximos: esperar que alguien te dé más de lo que te puede dar sólo trae decepciones. Y las decepciones no hacen sino hundirnos más.

Es increíble como se puede construir un gran tesoro formado con recuerdos tan pequeños. Pequeños y especiales.